miércoles, 20 de enero de 2010

Algun dia, nos volveremos a ver, te lo prometo.

Corria el verano del 99, yo tendria por aquel entonces 8 años, un nuevo curso empezaba, 4 de EGB, aun recuerdo el primer dia como si fuera ayer, yo llege al colegio y estava cerrado, todos esperabamos en la puerta, hablando de todo lo que hacimos en verano, yo me iba todos los veranos a mi campo con mi familia, ha hacer barbacoas y bañarnos en la piscina, no era mucho que contar, pero por lo menos duraba todo el verano no un par de semanas como sus vacaciones a la playa, aunque eso tambien era un inconbeniente, dado que no tenia amigos, pero eso daba igual una vez estavamos aqui, todos teniamos algo que contarnos y no teniamos problemas en hablar entre nosotros mientras estavamos aqui, derrepente mire al fondo de la calle, llegaba una niña rubia con un precioso vestidito blanco con motivos florados dada de la mano con su madre, era preciosa, yo no me habia fijado antes en las niñas o al menos no mucho, pero aquella era preciosa. Abrieron las puertas del colegio, pero yo estava paralizado, su tez blanca invadida por unos mofletes rojos de vergüenza y miedo no me permitia moverme, mientras ella cruzaba la puerta me miro un segundo mientras su madre le daba la cartera y le daba un beso de despedida, yo senti algo que no habia sentido antes, pero que sin embargo sabia perfectamente lo que era, minutos despues me decidi a entrar en clase.

Subi corriendo las escaleras, no podia llegar tarde el primer dia, aunque los profesores siempre estuvieron acostumbrados a esa faceta mia. Llame a la puerta y estavan rezando (yo estudie en un colegio privado, con unas instalaciones dignas de la postguerra y unos profesores que no se quedaban atras, "la letra con sangre entra" era su lema) me disculpe y rece desde la puerta, al acabar le pedi a Dios poder conocer a aquella niña de tez blanca, una vez se sentaron, solo quedaba libre un sitio y alli estava ella, igual de sonrojada de antes, era hermosa, en ese mismo instante Doña Concha me mando sentarme en aquel sitio, Dios parecia que me habia escuchado, ahora era yo el que estava sonrojado, solo que mi tez era bastante mas oscura que la suya y no quedaba tan bien¿Que no le quedaria bien a ella? Su nombre era Carolina, venia de salamanca, sus padres se habian divorciado y su abuela vivia aqui. Poco a poco nos fuimos conociendo y hablando de esto y de aquello, pero la sensacion del primer dia no desaparecia, seguia sintiendo aquello cada vez que la veia.

Los dias simplemente pasaban y yo no era consciente de lo que se me venia encima. Pronto era la fecha de mi cumpleaños y como todos los niños de esa edad yo lo celebraba en algun sitio invitando a mis compañeros y amigos a algun lado, ese año seria en una pizzeria, prosupuesto, invite a Carolina, aun recuerdo ese momento cuando le di la invitacion, ella la leyo, me sonrio, se puso roja y me dio un beso en la mejilla, luego rio y se fue correteando por el patio, recuerdo que mi corazon en ese instante corrio como no habia corrido nunca, me quede inmovil mirandola, no volvio a mencionar el tema, ese dia, me comporte como si nunca hubiera pasado, bueno, eso habria hecho si no fuera por que en clase me agarro la mano durante unos segundo y me sonrio, era todo tan inesperado que no sabia como reaccionar salvo friamente y mirando a la pizarra.

Por fin llego el dia de mi cumpleaños, cuando yo llege ya estavan todos alli, con sus regalos, muchos libros y algun que otro juguete(Aun a dia de hoy sigo sin saber por que se ragalan libros) Ella no estava y eso me preocupaba, dijo que vendria, deberia estar alli ya, pero no estava, cuando llege a mis compañeros de clase, la vi llegar de fondo, de nuevo con su madre, venia vestida igual que el primer dia que la vi y con el mismo gesto, me quede bloqueado de nuevo, poco tiempo, tenia a 20 niños mirandome y hablandome, yo entre y aun recuerdo la agonia de no sentarme para ver si podia sentarme a su lado, pero los adultos no entienden de esas cosas, asique me acabe sentando donde me colocaron, ella estava lejos, pero yo no paraba de sentirla dentro de mi, en cuanto pudiera aprovecharia e iria a ella. Cuando acabamos de comer, nos pusimos por alli a jugar, cosas de niños en pizzerias, ya sabeis, ella me pidio que la acompañara al baño, que tenia que hablar conmigo, yo claramente accedi, sentia una ganas tremendas de estar cerca de ella. Una vez estuvimos alli, empezo a llorar, su madre volvia con su padre y ella se tenia que ir de merida, nisiquiera acabaria aqui el trimestre, en ese instante senti como si me clavaran una lanza en la boca del estomago, ella me abrazo mientras lloraba, yo no pude evitar soltar alguna lagrima, me prometio que algun dia nos volveriamos a ver y me beso, esta vez parecia que habia apuntado mal y en vez de la mejilla me beso en la boca, un simple pico, pero para un niño de 10 años eso era un mundo, al menos para uno como yo, paso una eternidad durante ese abrazo de 30 segundos, el tiempo se detubo, pero como toda maquinaria que para, ahi que hacer que siga funcionando, asique salimos fuera y continuamos con el cumpleaños, al irse, me abrazo y me dijo de nuevo "Algun dia, nos volveremos a ver, te lo prometo"

2 comentarios:

  1. P.D.: Esta historia jamas sucedio, pero, no hubiera estado mal ¿Verdad?

    Hay quien nace con estrella y quien nace estrellado...

    ResponderEliminar

SE DONDE VIVES.


contador gratis